“El mundo está enfrentando importantes cambios y las instituciones de educación superior se han visto impactadas también por distintos fenómenos, que las han impulsado a enfrentar nuevos desafíos para continuar entregando una propuesta formativa de valor a sus estudiantes.

Las actuales tendencias globales y una digitalización acelerada suponen una nueva etapa también en el mundo del trabajo, que en el futuro se verá influenciado por la automatización, la inteligencia artificial y el desarrollo de nuevas tecnologías, así como por la necesidad de contar con profesionales más flexibles y con habilidades y competencias personales que les permitan adaptarse a este escenario y liderar en un entorno cambiante.

En este contexto, la Universidad Santo Tomás ya ha estado avanzando en la actualización de su Modelo de Formación, buscando incorporar los aprendizajes alcanzados durante la pandemia y poniendo el foco en una formación que sea innovadora, y que considere competencias y capacidades claves para enfrentar este nuevo mundo que se aproxima.

Hoy, la UST está en la etapa final de su Planificación Estratégica 2019-2023, con un 81,9% de avance en la implementación de sus proyectos estratégicos, lo que nos permite proyectar que este ciclo finalizará con un alto porcentaje de cumplimiento, reflejando así la capacidad institucional de analizar, anticipar y adaptarse a los cambios del entorno. Al mismo tiempo, está comenzando a trabajar en el proceso de formulación del plan para el próximo ciclo (2024-2028), sentando las bases de lo que será la definición de nuevos focos estratégicos que guiarán el camino de la institución en los próximos años, con el fin de avanzar en el logro de sus propósitos institucionales.

Lo anterior, va de la mano también con los desafíos que enfrentará la institución en el ámbito del aseguramiento de la calidad, considerando que el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Sinaces) ha establecido nuevos criterios y estándares de calidad para la acreditación institucional y de programas, que entrarán en vigencia en octubre de 2023. Uno de los aspectos más relevantes de este nuevo modelo es que la acreditación institucional será obligatoria e integral, evaluando todas las sedes, funciones y niveles de los programas impartidos, así como una selección de carreras y programas de pre y postgrado elegidos por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA-Chile) para su revisión.

Indudablemente, esto implicará un desafío mayor para las instituciones de educación superior, que tendrán que velar por la homogeneidad de su propuesta formativa, asegurando que cada estudiante reciba un servicio educacional de excelencia. En el caso de la Universidad Santo Tomás, vemos con optimismo el compromiso institucional con el desarrollo integral de cada una y uno de sus estudiantes y con la entrega de una formación de calidad, que les habilite para desenvolverse con éxito en un mundo laboral que, sin ninguna duda, vivirá cambios trascendentales en el futuro.

Como Junta Directiva, estamos orgullosos de los logros alcanzados por la Universidad Santo Tomás y confiamos en que está preparada para enfrentar los desafíos de los próximos años, gracias a un factor común: la responsabilidad y compromiso de todos los integrantes de su comunidad, que aportan desde sus distintos roles a la consolidación del proyecto institucional”.

Juan Hurtado V.
Presidente Junta Directiva Universidad Santo Tomás.